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Hay palabras que no se dicen.
Se atragantan. Se enquistan. Se disfrazan de normalidad.
O peor aún: se convierten en tabú.
Pero todo lo que se silencia demasiado,
acaba encontrando una salida.
y en este caso es el mar,
quien decide refugiarlos
hasta que llegan, por fin, a la orilla.
Este poemario está escrito con las manos llenas de arena y el pecho lleno de verdad. Una metáfora viva de todos esos silencios sociales que duelen y nadie nombra. De todo lo que se tapa con discursos bonitos. De todo lo que molesta, pero sigue ahí. Naiara Gavira Forgas decide mojarse, decide ponerle voz a lo que quema, a lo que margina, a lo que duele. Porque callarse no es una opción.
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