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Un sello de autor
Podríamos considerar No es país para viejos una película de frontera y no andaríamos muy desencaminados, pero nos quedaríamos cortos. Cabría afirmar que The Ladykillers es un remake del largometraje británico El quinteto de la muerte (1955), de Alexander Mackendrick, y nadie podría desdecirnos, aunque es insuficiente. Es lícito sostener que Barton Fink constituye un soberbio ejemplo de metacine, pero falta algo. Hay quien sostiene que El gran Lebowski es un icono del frikismo y es muy difícil encontrar reparo a ese aserto, sin embargo no basta. El colmo llega con O Brother, Where Art Thou?, del que los propios hermanos Coen admiten estar en deuda con la Odisea, pero la crítica se limita a dejar constancia de ese detalle o, como mucho, a mencionar el episodio de las Sirenas, que no es el mejor del filme, pero sí el más obvio. Etcétera.
De manera que Hey, Dude! no nace para destruir el aparato crítico construido alrededor de la filmografía de estos geniales cineastas, sino para bucear en otros enfoques que nos permitan conocer las referencias religiosas, literarias, cinematográficas o filosóficas que bañan el cine de una de las parejas más creativas en la historia del séptimo arte, aderezado todo ello por el toque Coen que impregna de un humor muy característico las producciones de los hermanos de Minneapolis.
Páginas | 260 |
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Rafael Pérez Delgado –
4,5/5
A través de esta obra, resulta obvio pensar que el toque de los hermanos Coen, está presente en muchas de su páginas, pero también el toque Rodríguez Barranco.
Y, es que, un ensayo, con independencia de su temática, precisa, necesariamente, de una narrativa fluida, amena, divertida, y puestos a pedir, con cierto mimo hacia la literatura.
A menudo, los grandes eruditos, tienden a aburrir al pueblo, pues escriben para sus semejantes, que son 4.
Pongo por ejemplo a Borges, a sabiendas de ser muy respetado por el autor de esta obra, pues el argentino tenía una sublime inteligencia que no quiso compartir con los seres inferiores de su especie, entre los que me encuentro.
Considero, sin embargo, de una inteligencia extrema, digna de elogio, usar la sabiduría con un lenguaje universal, o lo que es lo mismo, poner al servicio de la humanidad, sus conocimientos para que, tanto Aristóteles y Macario García, lo entiendan, con el mismo esfuerzo.
Cuando se me ofreció la posibilidad de acercarme al cine de los hermanos de Minneapolis, ya advertí, que conocía más bien poco y entendía aún menos. Pero la editorial quería saber la opinión de un burro comiendo mantecados, y aquí estamos.
Rebuznando de placer ante una delicatessen, que ya estaba bien mi dieta de zanahoria y alfalfa.
Los que ya me conocéis, sabéis de sobra, que un servidor, los elogios, ni los regala, ni los cobra, y entiendo, que daréis el valor que merece, cuando digo que Francisco Javier Rodríguez (ya sabes la dirección de envío del jabugo que espero con ansias) no solo es un hombre versado en múltiples disciplinas sino también un excelente divulgador.
Pero a lo que vamos. Aquí hemos venido a hablar de su libro, ¡Oño!
Hey dude! es un dinámico ensayo sobre 18 largometrajes de los afamados hermanos, de los que por cierto, he visto más películas, de las que en un principio recordaba.
Revista de Libros (Manuel Sánchez-Campillo) –
https://www.revistadelibros.com/un-retrato-intelectual-de-los-hermanos-coen/