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Un sello de autor
Conjunto de veinte poemas sobre la ternura, la soledad y el individualismo. A través de este poemario, se explora la fragilidad humana frente al dolor y se recurre a la esperanza y a la inteligencia emocional. La empatía hacia el Otro se convierte, por tanto, en un recurso poético del lenguaje instintivo para la solidaridad.
Es éste un manifiesto en defensa de la esperanza. Pero puede parecer un diario de cuerpos rotos, de guerras elementales y treguas tardías, o quizás un breve ensayo sobre la fragilidad humana. Porque, ante todo, estos textos no ocultan la pretensión vana de la obsecuencia. Es éste un manifiesto por la esperanza que no reniega del dolor.
Hay palabras, ciertos versos, algunas causas y por qué no personas, que encarnan una viva trinchera ante el asedio del individualismo. Así como el proverbio condena a repetir sus errores a quienes no recuerden su pasado, estos poemas reconocen su fascinación por el Otro, como si advirtieran que los que no comprendan el dolor ajeno, estarán condenados a producir el mismo daño una y otra vez.
A fuerza de una voz enunciativa colectiva, Todavía no es de noche en el paraíso elige centrarse en la ternura como punto de partida. La cree un lenguaje instintivo para la solidaridad. Nadie se salva solo, nos repite. Es todos o ninguno. Es el Otro el motor que vence la inercia, los demás sólo somos su consecuencia.
¿Acaso veinte poemas son suficiente para remediar la noche? ¿Por qué no? Si la historia oficial nos induce a naturalizar la violencia, la poesía emerge como una forma de contracultura capaz de resignificar la naturaleza de las relaciones.
Páginas | 56 |
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