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María Zambrano
Se aproxima el Día del Libro y con esta excusa os traemos a una autora que el día de su nacimiento ya marcaría un camino en su vida: María Zambrano. Nacida el 22 de abril de 1894, tan solo un día ante de la celebración de los libros. ¿Casualidad? No lo creo.
La malagueña Zambrano va a dedicar su vida a la literatura, a la filosofía (cursa estudios de filosofía en Madrid) y a ser una gran activista de los movimientos femenino y políticos.
Su primera obra Nuevo del liberalismo (1930) nace a partir de los acontecimientos políticos de la época. Desde 1931 asume el cargo de profesora auxiliar de la Cátedra de Metafísica en la Universidad Central y un año más tarde colabora en revistas nacionales de gran índole como Revista Occidente, Cruz y raya y Hora de España. Zambrano, que debe ser más mencionada en manuales literarios y educativos, entabla amistad con los miembros de la Generación del 27 y al llegar la guerra civil española regresa desde La Habana para colaborar con la República, hecho que le costó el exilio a Francia en 1939.
En el exilio, como tantos otras escritoras que tuvieron que abandonar nuestro país, se instala en México, donde dará clases de Filosofía en la Universidad de San Nicolás Hidalgo de Morelia. El exilio marcó su escritura, como era de esperar, pues un suceso de tal calibre hace mella en toda persona. Publica en este año Pensamiento y poesía en la vida española y Filosofía y poesía.
Reside en varias cuidades de todo el mundo: La Habana, París, Roma, entre otras. En ellas escribe sus grandes obras, como por ejemplo, El hombre y lo divino, Los sueños y el tiempo y Persona y democracia.
Durante su estancia en Roma entabla relación con poetas italianas, como Victoria Guerrini, y con poetas españoles también exiliados, como Alberti, Ramón Gaya y Jorge Guillén. Tras esto se instala en Francia, donde su escritura adquiere un tono místico con obras como Claros del bosque o De la Aurora.
La crítica española no repara en ella hasta 1966 cuando José Luis López Aranguren publica en Revista de Occidente “Los sueños de María Zambrano”. Es gracias a esas líneas que María Zambrano empieza a ser reconocida en su país consiguiendo en 1981 el Premio Príncipe de Asturias y es nombrada doctora, honoris causa, por la Universidad de Málaga (su tierra natal).
Tras la muerte de Franco regresa a España y comienza una nueva etapa intelectual en la que reedita sus obras ya publicadas y escribe numerosos nuevos artículos. Su obra recibe la posición que merece en 1988 cuando el Ministerio de Cultura de España le otorga el Premio Miguel de Cervantes de Literatura.
Como vemos, María Zambrano es un claro ejemplo de lo que han luchado las escritoras de nuestro país para hacerse un hueco en la historia de nuestra literatura y cómo aún nos queda demasiado camino por recorrer, pero que podemos ver un rayito de luz al final del túnel, gracias a que en la actualidad estamos consiguiendo sacar de la oscuridad a estas mujeres. Podría daros muchísimos nombres de escrituras de nuestra literatura que ni siquiera aparecen en las investigaciones más profundas, pero eso lo dejamos para otro artículo.
Estrella Parrado